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Opinión

Editorial

El mantenimiento de Ingapirca

Se supone que este complejo fue construido en el siglo XVI y comprende 4 hectáreas donde hay vestigios de edificaciones, baños ceremoniales, adoratorios de los incas y los cañaris.
  Es el complejo más importante como memoria de la cultura aborigen, anterior a la llegada de los españoles. Estaba siendo destruido por la falta de mantenimiento y por la agresión de los elementos naturales, como los vientos y el agua de las lluvias que penetraba al interior con suma facilidad; las piedras de los muros adquirieron una negra tonalidad  y las uniones de las piedras se hallaban  desajustadas. La elipse, construcción principal del complejo, está seriamente afectada por el llamado cáncer de la piedra. Los trabajos de mantenimiento  se  han  cumplido en varias fases. En  la primera,  se  trató el deterioro de las piedras, la invasión de  plantas  parasitarias y la penetración de las aguas.
  El complejo es visitado anualmente por unas cien mil personas que dejan ingresos por más de 300 mil dólares. Su mantenimiento  debería  ser  considerado prioritario, pues es el mayor testimonio de la presencia de los Incas y de la civilización Cañari y se halla  situado en la parroquia de  Ingapirca, provincia de Cañar.

 

Milagro y las inundaciones

Nací en esta bella tierra. Soy parte de ella, de su  agua; del arroz, de la piña y de la caña. Me crié en medio del agua y de ahí salí casi ahogándome en una noche de lluvia. Estudié en las laderas del río Milagro, y en el estero Chirijos.
Hace más de 50 años Milagro se inundaba y era motivo de alegría, porque salíamos a bañarnos al río y al estero. El agua era limpia  con poca contaminación. Nunca tuve enfermedades en mi piel. En las lluvias de los años 83 y 97 tuvimos que salir con el agua al cuello. Mi clínica y mi casa se inundaron; pero recién sí me preocupé porque el agua subió una cuarta del primer piso. Debí alzar todo y cambiarme al 2o. piso, a un departamento de emergencia.
A la clínica tuve que ingresar con botas. Todo era lleno de aguas servidas. Veo las cosas como médico y periodista profesional. No es culpa de la alcaldesa. Esto tiene años, pero todo en la vida es una lección. Emprendamos un proyecto serio  que no lo va a resolver esta alcaldía pero sí unas 4 o 5 alcaldías a través de un control de inundaciones. Babahoyo es un ejemplo. Cada año era la inundación. Se habló de un plan con una empresa alemana que hasta ahora ha tenido  éxito. Como no  hay  plata, hay  que  concesionar junto  al  agua  potable y el alcantarillado a unos 30 años plazo. El pueblo  comprenderá que es mejor contribuir  poco  a poco antes que tener que sufrir  tantas calamidades.

Dr. Alexander Cajas S.