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Diario Extra Ecuador

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La elección de Miss Ecuador

Cada  año se organiza  un certamen de belleza que escogerá a quien nos representará en el evento Miss Universo. Esta vez no se supo de un concurso previo entre ciudades y provincias. Más bien las candidatas han sido designadas por entidades o agrupaciones y pasan directamente a competir en la gala que se denomina Miss Ecuador.
Las jóvenes que concursan, todas ellas lindas chiquillas, no son, sin embargo, representantes de los lugares de donde son oriundas, pues en esos lugares no se efectuó y pocas veces se ha efectuado una selección para designar a su delegada.
En este año no se dijo, como en los anteriores, que cada una de las jóvenes que se hallaron en el Miss Ecuador eran representantes de ciudades, provincias y lugares del país. Tan es así que la Miss Ecuador procede de un cantón de la provincia de Los Ríos; y si bien  tiene todas las cualidades y virtudes -espirituales y físicas- para concurrir al Miss Universo, no se  la podría estimar representante del país. Quienes dirigen este concurso de belleza deberían procurar que haya selecciones provinciales anticipadas para que las elegidas en cada provincia, en un selectivo concurso, concurran al certamen final para designar a Miss Ecuador.


Lisa ‘asááá’ o picudo ‘asaooo’

A pedido  de lectores de mi nota anterior sobre la lisa ‘asááá’ que caracterizó a Puerto Bolívar en otras épocas, agrego que a lo largo de la Costa ecuatoriana se puede preparar la lisa o el picudo de un tamaño determinado, asado. Es un bocatto di Cardinale.
El secreto está en sacar las vísceras del animal, ponerle aliño -lo cual es un arte- envolver al pescado en hoja de plátano y ponerlo a asar a fuego moderado. Asarlo es necesario, porque si al pescado no se lo ha envuelto en hojas de plátano, la grasa del animal se desperdicia y no adquiere esa exquisitez.
La habilidad de nuestros habitantes convierte al pescado en un plato delicioso sin repetir el pescado frito y chifles que, si bien es algo rico, el pescado asado lo supera ampliamente.
En la variación está el gusto, lo cual está dado por la sazón y el arte culinario de poner un poquito más de esto o aquello.
El fuego lento de la leña o carbón se encargará de cumplir su misión  de darnos un platillo riquísimo  que no todos han tenido la suerte de saborear.
Al pescado se lo debe asar al carbón o a la leña. Doy fe de la exquisitez de las lisas ahumadas de Puerto Bolívar, del picudo asado en Anconcito y de las indicaciones que tuve que dar en Playas para disfrutar con lo asado.
Ojalá alguien se ponga ‘pilas’  y  arregle un asadero de pescado a la vista general, como con el pollo.

Por Vicente Flores L.

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