Opinión
Editorial
Anuncios muy preocupantes
El fondo Monetario Internacional, que no tiene presencia activa en la economía nacional, ha hecho anuncios que solo pueden calificarse de catastróficos, pues anota que la economía ecuatoriana decrecerá este año en un 4,5 %, mientras que el Banco Central ha manifestado que el crecimiento de la economía nacional será del 0,3 %, lo cual tampoco es una buena noticia.
Si los anuncios del FMI correspondieran a la realidad, es hora de los ajustes y de la parsimonia en el gasto, tanto público como privado, pues con esas cifras nuestra economía pasará por momentos muy difíciles, especialmente si lo dicho por el FMI correspondiera a la realidad.
Entonces, como menciona el habla popular, ha llegado la hora de las vacas flacas, después de una gran bonanza con altísimos precios del petróleo que parece que no volverán a repetirse y, por el contrario, habría una tendencia a la baja que obligaría al ajuste de los cinturones, y que se evite todo gasto que no sea el estrictamente necesario.
Incluso con las cifras proporcionadas por el Banco Central, los asuntos de la economía serán arduos y difíciles durante el año actual.
¿Deporte o negocio?..
Si al deporte se lo considerara un medio de obtener grandes ingresos económicas, para quienes lo practican perdería la esencia de ser una actividad formadora del ser humano.
Es muy grave lo que sucede actualmente en algunos clubes del fútbol ecuatoriano. Unos están al borde de la quiebra. Otros están quebrados. Otros están endeudados en sumas fabulosas que el común de la gente no alcanza a comprender el porqué de esas deudas.
Barcelona de Guayaquil atraviesa por una situación angustiosa, como consecuencia de las deudas que contrajo con algunos futbolistas extranjeros que, sin dejar ninguna huella en el fútbol nacional, han demandado a este club, tanto ante los tribunales nacionales como ante la FIFA, exigiendo el pago de sumas “astronómicas”.
El caso que viene a sumarse a los anteriores es el del futbolista Rolando Zárate, que demanda a Barcelona ante la FIFA para que le cancele 1’600.000 dólares en un plazo que no debe ser mayor a 4 meses. Este argentino pasó por Barcelona en el año 2008. Ya nadie se acuerda de él. No dejó ninguna huella ni ninguna secuela a su paso por el fútbol guayaquileño. Y no obstante esta situación reclama, posiblemente fundamentado en algún contrato, que se le pague esa suma tan alta.
La hinchada se pregunta, ¿es que no ha habido la suficiente capacidad para contratar futbolistas sin tomar en cuenta la real situación económica de este popular club deportivo guayaquileño?.. (BLC)
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