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Editorial
La noche del infierno
Apenas apuntaba el anochecer. Eran casi las 7 cuando la tierra tembló como si estuviera atacada de un mal de los nervios y un ruido ronco y sordo se desprendía de la profundidad. Comenzaron a caer paredes y la gente corría presa de un justo temor. Era el peor sismo que se haya producido en el país en los últimos tiempos, más grave que el del 5 de agosto de 1949 que castigó a más de dos provincias y causó la virtual desaparición de una población, mientras en Ambato sufría la gente un justo pánico.
Pero lo del sábado último produjo un daño inmenso en gran parte del país, destruyendo edificios públicos y viviendas en varias provincias. Hay unos 350 muertos y más de 1.500 heridos, destruyendo grandes tramos de carreteras, dejando parcialmente desconectadas a ciudades tan importantes como Portoviejo y Manta. Además la refinería de Esmeraldas debió paralizar su trabajo.
El sismo último fue un verdadero terremoto de 7,8 en la escala de Richter y es que no puede calificarse de otro modo una tragedia enorme. La reconstrucción de las ciudades afectadas demandará largo tiempo y grandes inversiones, cuando ahora el país atraviesa por serias dificultades económicas.
Estrés... ¿un mal de moda?
Se califica al estrés como una enfermedad moderna de la época que vivimos. En términos populares una de las causas para el estrés es la ‘chirez’, es decir el hecho de meterse la mano al bolsillo y no encontrar monedas ni billete, sino un hueco que se está formando en la tela...
Nos agobian las preocupaciones del hogar, el hecho de que a veces el dinero no alcanza ni para el gasto diario, peor y más en víspera del inicio del año escolar...
El estrés es motivado por las preocupaciones en el trabajo, y peor si no se lo tiene. Problemas económicos. Rencillas con la pareja. Incompatibilidad sexual. Mal comportamiento de los hijos. Traslado de las problemas del trabajo a la casa o viceversa. Demasiado apego a problemas de los demás, a sabiendas de que uno no los puede resolver.
Un remedio sería tomar las cosas con calma. Optimismo en el sentido de que si hoy algo salió mal, mañana será otro día. Practicar deportes de manera moderada. Caminar. Si puede, debe hacer algo de voluntariado porque, quién lo creyera, hay otros en peores situaciones. La terapia de conversación es una gran cosa, si quien nos dice algo es con buena voluntad, y no engaño.
Una forma de neutralizar el mal es atender el ‘desahogo’ de otra persona. Pero tampoco debemos hacer nuestros los problemas de otros.
Por Vicente Flores L.