Editorial

Costos de la reconstrucción

La Senplades informó  que el costo de la reconstrucción es cerca de 3.500 millones de dólares, aunque no se especifica si comprende tanto la reconstrucción  de servicios públicos, viviendas y más bienes destruidos  por el sismo.
Según el alcalde de Manta, se derrocarán más de mil viviendas que deben reconstruirse. En Portoviejo, su personero municipal estima que la reconstrucción demorará un cuarto de siglo, y se invertirá lo necesario para la reconstrucción.
Por los datos de ambos alcaldes,  la reconstrucción en general costará más de  lo presupuestado por Senplades. Si las mil viviendas que se derrocarán en Manta se reconstruyen, su costo unitario haría que su valor sobrepase los cálculos iniciales. La reconstrucción en Portoviejo necesitaría más dinero de lo  cuantificado por su alcalde.
Pero, además de Manta y Portoviejo, también necesitan  reconstruirse Bahía, Canoa,  Pedernales, y otras poblaciones de Manabí, faltando también los aportes para la reconstrucción de los daños en Esmeraldas, en Los Ríos y en buena parte de la costa norte de este país. Seguramente en el informe de la Senplades deben constar estos rubros importantes.

¿El terremoto “cayó oportuno”?...

Parece que al Estado ecuatoriano, ahora víctima de una iliquidez de la que casi no se tiene memoria, le han salido “culebras” por todos lados. Y ello porque se ha convertido en “moroso” impenitente que le debe a casi todos los que tienen una relación económica con el gobierno. Esto es, desde los grandes contratistas de la obra pública hasta los pequeños proveedores que en uno de los días pasados hicieron un “plantón” ante el Ministerio de Finanzas exigiendo el pago de lo que se les adeuda, ya que ellos, a la vez, son parte de una larga “cadena” en la que intervienen también los que proveen de material o artefactos, como grandes mayoristas.
Pero allí no se acaba el problema, porque también se les está privando de los dineros que les corresponden en el presupuesto fiscal a los organismos seccionales, como los municipios, consejos provinciales y juntas parroquiales.
Lo grave  del asunto es que encima de habernos caído la época de las “vacas flacas” por culpa del “bajón” que tuvo el “oro del diablo”, nos llegó el movimiento telúrico del 16 de abril que obligó al Estado a invertir en una inmediata reconstrucción que, según cálculos aproximados, costará varios  miles de millones de  dólares.
Digamos...“tras cuernos palos”. Aunque, el alza del IVA del 12 al 14% estaba planificada desde antes del terremoto, el cual -más bien- le cayó oportunísimo al gobierno para poder justificar así tanta burocracia y algunas “cuentas alegres” de los últimos años. (FCV)