Editorial

Cuando todo depende de uno solo

La renuncia  de lionel  messi a la selección argentina de fútbol ha causado un verdadero terremoto deportivo no solamente en ese país.
 Y es que el futbolista, considerado como el mejor del mundo, era la carta victoriosa de ese seleccionado. Sin embargo, frente a Chile se demostró que el fútbol es un juego de conjunto que no puede escenificar hazañas solo por la presencia de un jugador, por más sobresaliente que fuere.
Si Messi se va definitivamente, lo que debería hacer el fútbol argentino era desearle felicidad y recomponer sus filas para  enfrentar  las difíciles  jornadas  que  le esperan con las eliminatorias para  el próximo   Campeonato Mundial de  Rusia, el año 2018, y no  sentarse a llorar sobre la  leche derramada.
Es probable que, ante los ruegos de su país, incluyendo al presidente Macri, Messi reconsidere su decisión de renuncia  a la selección y entonces se volverá a ver al mejor del mundo sufriendo las contingencias de partidos en los cuales se sabe cómo controlarlo.
Sin embargo, cuando todo depende de uno solo en los diferentes órdenes de la vida, los fracasos y las decepciones son casi el pan de cada día.

¿Se le “chispoteó”...? 

Un hombre o una mujer cuando asume una función pública debe saber y reconocer que se coloca en una vitrina de cristal para ser observado por la ciudadanía que puede, con razón y con derecho, juzgarlo, apoyarlo o criticarlo en ejercicio de la libertad de opinión que debe caracterizar a un régimen democrático de verdad. Esta es la razón de ser de la opinión pública.
El Ministro de Educación hizo declaraciones que motivaron que los ecuatorianos le hayan salido al paso para hacerle ver que por lo menos “se le chispoteó”, decía el Chavo del 8, cuando dijo lo que dijo, al tratar de  justificar la no contratación de seguros para la infraestructura educativa del país con un criterio de ahorro basado  en  un concepto de “inteligencia financiera” de su administración, al igual que confundió el costo de la póliza de seguro del 2% con el real que es del 0,2%, como han afirmado los  representantes de la Cámara de Seguros.
No cabe hablar de ahorro en caso de los seguros. Un seguro no se toma para ahorrar sino, aunque sea redundante, para asegurar algo: bienes muebles o inmuebles, el futuro de la familia cuando se toma un  seguro de vida; vehículos, entre otros. Un seguro protege posibles contingencias que se pueden suscitar en el diario vivir. Si se llegan a producir, el seguro las paga. Si no, en buena hora que no hubo problema.  
El ministro debe aclarar a los que no son “leídos ni escribidos” como él, que es “inteligencia financiera”. (BLC)