Opinión
Editorial: Nuevos atentados en la U. de Guayaquil
Dentro de un relativo corto espacio de tiempo los predios del Alma Mater guayaquileña han sufrido un nuevo atentado con bombas explosivas que esta vez provocaron la destrucción de tres vehículos aparcados junto al edificio de la Facultad de Ciencias Médicas.
Este estallido se produjo, no se sabe si en forma coincidencia o con cierta dedicatoria, en momentos en que se llevaba a cabo un acto recordatorio de la matanza de estudiantes que se produjo, hace 50 años, un 29 de Mayo de 1969.
Ante esta alarmante y reincidente situación el Consejo Universitario dispuso un estado de emergencia, para proteger al conglomerado docente-estudiantil, en tres ámbitos que tienen que ver, fundamentalmente, con la inmediata seguridad y también con lo jurídico y con lo financiero.
Diversos comentarios y suposiciones se han hecho en torno a esta acción terrorista; y una de ellas tiene que ver con la intervención, por dos años, que se ha dispuesto en la dirección de la Universidad luego de que, haciéndose eco de graves denuncias, las autoridades anteriores fueron declaradas cesantes.
Se ha pedido, ante esta emergencia, el control urgente de la Ciudadela por parte de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas.