Opinión
Editorial: transmisión del mando presidencial
Cada 4 años debe haber este hecho no solo simbólico, sino que representa la alternabilidad republicana, aunque en el país, durante los últimos 10 años, ese acto no se había efectuado porque el mismo mandatario era reelegido.
Cada 4 años debe haber este hecho no solo simbólico, sino que representa la alternabilidad republicana, aunque en el país, durante los últimos 10 años, ese acto no se había efectuado porque el mismo mandatario era reelegido.
Pero, al cabo de esos 10 años ocurre el hecho que concitó la presencia de dignidades máximas de varios países con los cuales tenemos relaciones diplomáticas y comerciales. Hubo un hecho inédito, pues quien asume el mando es del mismo partido de quien deja el poder. Y si hay la reelección indefinida veríamos cómo el mismo ciudadano se reemplaza a sí mismo en el mando, lo cual afectaría a los principios democráticos.
La transmisión del mando de Correa a su coideario y exvicepresidente estuvo realzada con la presencia de varios jefes de Estado de repúblicas amigas. Felizmente no vino Maduro, quien ya ha recibido el rechazo de los ecuatorianos, pues tuvo la desvergüenza de llamar a Correa dueño del circo y a quienes lo han rechazado, que son muchos, de payasos de la oposición.
El pueblo ecuatoriano espera que el nuevo Gobierno sea positivo para un auténtico progreso de nuestro país.