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Opinión

Editorial: Vacunas VIP

La vacunación en Ecuador contra el coronavirus ha dado mucho de que hablar. Esta semana las imágenes que circularon en redes sociales de una jornada de vacunación en un club elitista de Guayaquil causó malestar a la ciudadanía. Con música instrumental de fondo y toda la comodidad del caso, más de 500 personas recibieron la primera dosis de la tan ansiada vacuna sin pertenecer al llamado grupo de primera línea.

Esta semana también se habilitó la página web para la inscripción al plan de vacunación que abarcaría a la población de la tercera edad. Pero para el ciudadano común recibir la vacuna termina siendo una odisea. Como una broma de mal gusto, la página para muchos nunca abrió y la justificación del Ministerio de Salud fue que esta colapsó debido a la alta demanda.

En el país se está viviendo la tercera ola de contagios y las vacunas llegan a cuentagotas; para colmo, la intención de los municipios para adquirir miles de dosis e inmunizar de manera más rápida a la población parece un sueño lejano. Los muertos por COVID-19 van en aumento y esto parece una historia de nunca acabar. Y parece que lo único que queda es seguir cuidándonos por nuestra cuenta. El uso de mascarillas y alcohol va de largo.

Y con todo lo que ha sucedido en esta semana el mensaje es claro: en este país solo el que tiene padrino se bautiza.