Opinión
Editorial: Contralor y Fiscal
Son dos importantes cargos que deben ocuparse con absoluta independencia y que, sin embargo, en la última década han recaído en personas muy cercanas al Ejecutivo. La reelección del Contralor y la segura elección del Fiscal pasan por su adhesión al Gobierno, y esta realidad no establece la independencia suficiente para poder actuar sin temor sin favor.
El reelecto contralor, al posesionarse del cargo, dijo que se deben efectuar reformas a la actual realidad del control; pero la Asamblea ha escuchado su propuesta como oír llover, sin dar mayor atención a sus planteamientos, lo cual quiere decir que se mantendrá el estatus vigente y la fiscalización no tendrá los efectos correctivos y sancionadores que se espera cuando se desborda la corrupción.
Por su parte, el nuevo fiscal General, que fue colaborador cercano del presidente Correa, alcanzó el mayor puntaje en el concurso promovido para ese cargo, gracias a sus funciones públicas que le dieron un altísimo número de puntos, 50 sobre 50. Y ha declarado que en el ejercicio de su función prevalecerá la ley, que ojalá fuera así, aunque hay reiteradas dudas al respecto.