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Opinión

Editorial: Fin de elecciones, vuelve la normalidad

Toda sociedad democrática vive la campaña electoral con efervescencia. Generalmente deja de lado los problemas de los gobiernos centrales y locales.

Toda sociedad democrática vive la campaña electoral con efervescencia. Generalmente deja de lado los problemas de los gobiernos centrales y locales. Aunque no debe ser así. El torbellino de esos momentos distrae la atención de la ciudadanía. Pero una vez concluido, la colectividad debe volver a la normalidad. Y esto significa preocuparse por los hechos más palpitantes: seguridad, empleo, crisis económica, inundaciones, etc.

La fiesta cívica terminó el domingo 24. Ahora los gobiernos, centrales y locales, y toda la sociedad deben concentrarse en los problemas del día a día.

Es decir, atender y preferentemente aquello que la ciudadanía requiere. Y esta exige que, concluido el proceso, se debe resolver lo que demanda el país.

Recuperar la normalidad quiere decir que todos, sin excepción, se dediquen a solucionar los problemas de las distintas provincias, cantones y parroquias, y habitantes damnificados gravemente por las severas lluvias e inundaciones. Significa concentrarse en resolver esas situaciones concretas que afectan a más de 20 mil familias en la zona rural. Solo efectuando esto el Ecuador volverá a la regularidad. Así se puede vivir en una sociedad responsable con políticos y gobernantes que saben el sentido de esta expresión.