Opinión
Editorial: Las Fiestas Julianas
Como todos los años, los guayaquileños celebran las fiestas fundacionales con mucho entusiasmo y el Municipio elabora programas de contenido cultural y popular con estilo y con un modo de ser histórico, el amor por la tierra natal y el anhelo de progreso que han hecho de Guayaquil una urbe con fisonomía propia y con un marcado optimismo para el progreso local y nacional.
Después de una década, la sesión solemne del Municipio contará, esta vez, con la presencia del Presidente de la República y no habrá una sesión paralela del gobierno central, con un saludable entendimiento entre el Ejecutivo y el gobierno local, que augura no solo la presencia de una sensata colaboración sino, sobre todo, el inicio de la paz ciudadana interrumpida por las actitudes agresivas del anterior gobernante que pretendió, a todo trance, obstar la labor del alcalde Nebot.
Las Fiestas Julianas, por parte del Municipio, como todos los años motivan la inauguración de nuevas obras importantes y para la suscripción de contratos que tienen trascendencia en la vida de Guayaquil.
Además, se espera que el nuevo estilo del gobierno central impulsado por el presidente Lenín Moreno evite confrontaciones y desacuerdos para una saludable era de armonía creadora.