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Opinión
Editorial: Muerte de Guacho y narcotráfico galopant
La noticia que dio a su país y al mundo el primer mandatario de Colombia anunciando la muerte del peligroso narcotraficante Guacho, que operaba en la frontera entre Ecuador y Colombia, pone punto final a las acciones criminales del denominado grupo nar
La noticia que dio a su país y al mundo el primer mandatario de Colombia anunciando la muerte del peligroso narcotraficante Guacho, que operaba en la frontera entre Ecuador y Colombia, en manos de un comando militar, pone punto final a las acciones criminales del denominado grupo narcoguerrillero conocido como Oliver Sinisterra, pero desgraciadamente no significa que la actividad de los clandestinos comerciantes de las drogas alucinógenas vaya a terminar puesto que existen otros sectores delictivos dedicados a la misma acción criminal en los mismos sitios.
Vale recordar, con dolor por supuesto, que el grupo comandado por quien fuera tan perseguido delincuente fue el autor del asesinato los tres miembros del grupo periodístico del Diario El Comercio, de militares ecuatorianos que perecieron al estallar una bomba dejada por los ilegales y de una pareja de compatriotas oriunda de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.
La desaparición del líder guerrillero Guacho, pues, responde a una necesaria ejecución de quien no solo mantenía en zozobra a los sectores fronterizos, sino que se dedicaba a acciones criminales tan peligrosas que por algún tiempo causaron preocupación y dolor lo mismo en el Ecuador que en Colombia.