Opinión
Editorial: Presunto espionaje en cúpula militar
La disponibilidad del Comandante General del Ejército, inculpado de haber empleado su cargo para espiar a su superior, el Jefe del Comando Conjunto, constituye un hecho muy delicado, perpetrado en momentos en que el país soporta la agresión de la narco guerrilla colombiana que ha causado siete muertos y ha asesinado a otras personas que fueron secuestradas.
Si se demostrara con pruebas aceptables la culpabilidad de ese Comandante, se podría proceder a su sanción por implantarse en el Ecuador lo que ocurre en los regímenes totalitarios en los cuales se espía y se sospecha de todos, pero especialmente de quienes tienen un mando importante como es la jefatura de una rama de las Fuerzas Armadas.
El Comandante General del Ejército, que presentó su solicitud de disponibilidad, negó los cargos y manifestó que debía hacerse una investigación muy seria para demostrar su inocencia en el delicado caso, más grave aún en las circunstancias en que se halla el país, agredido brutalmente por la narcoguerrilla, lo cual demanda la unidad de los ecuatorianos y más aún de la fuerza pública.
Si se demostrara, insistimos, la culpabilidad del general Narváez, que así se llama el Comandante del Ejército, estaríamos ante un caso que merecería la más drástica sanción.