Editorial: Se estrecha más la unidad de 2 pueblos

Un intelectual en ejercicio de una función pública dijo en el acto de la inauguración, “Un puente más es un abismo menos”. Pero no se refería a la realidad física de construcción de un puente, sino a la realidad supranatural que eso representa. Porque los puentes no solo salvan los abismos físicos, sino que son el instrumento para una movilidad más intensa, para el afianzamiento de la unidad de los pueblos, para la realización de una más estrecha relación entre los seres humanos.

Acaba de inaugurarse otro puente que unirá a Guayaquil con Samborondón y este es un hecho que no solo salva los abismos físicos y mentales, sino que imprime una convergencia que hace más estrecha la relación entre dos comunidades, ambas en plan progresista y las dos con un empuje notable en cuanto al progreso y a la realización de obras importantes.

Guayaquil es ya una ciudad moderna que conserva, sin embargo, las características de sus moradores, es decir, su dinamismo y su capacidad que han vencido frecuentemente los olvidos del poder central.

Samborondón, que no es físicamente un gran cantón, ha sido capaz de construir una entidad hermosa y progresista.

Este nuevo puente es un abismo menos que hará más posible aún la entrañable unidad de las dos comunidades.