Opinión
El llamado efecto invernadero
También en el invierno de este año 2017 los técnicos y científicos del Inamhi sostienen que las fuertes lluvias actuales (con sus consiguientes desbordamientos de ríos e inundaciones en viviendas y calles) se deben al fenómeno de El Niño.
También en el invierno de este año 2017 los técnicos y científicos del Inamhi sostienen que las fuertes lluvias actuales (con sus consiguientes desbordamientos de ríos e inundaciones en viviendas y calles) se deben al fenómeno de El Niño.
Pues bien, yo considero que no hay ningún fenómeno de El Niño, sino el efecto invernadero (o cambio climático, o calentamiento global) y no solo está azotando a nuestro país, sino también al mundo entero.
“Mientras la población crece en sentido geométrico, los medios de producción crecen en sentido aritmético”, expresaba un conspicuo economista. En el Ecuador, por ejemplo, han aumentado los suburbios en las ciudades y los asentamientos en el campo y a orillas de ríos, el dragado de los cuales hasta realizan gobiernos, alcaldías o prefecturas.
No hay una política pragmática de obras básicas (además del dragado de ríos desde luego) como los sistemas de tuberías de agua potable de alcantarillado sanitario.
En Guayaquil, la metrópoli más grande e importante del país, hace 2 años inicié mi campaña cívica y patriótica de sugerir al prefecto del Guayas, a través de algunos diarios y sobre todo “Expreso”, de que se drague el río Guayas, puesto que el cauce a fondo de este tiene mucho sedimento y tiene décadas sin ser dragado.
Debido al efecto invernadero, que ha desquiciado el clima a nivel mundial, es difícil, acertar en el pronóstico del tiempo. Sin embargo, yo me aventuro a predecir que a fines de este mes de marzo amenguarán las lluvias y los calores; y a mediados de abril concluirá el presente invierno para dar paso al verano, el cual será normal, es decir, frío y seco.
Profesor Luis Ortega.