Opinión
“Guayaquil de mis Amores”
En las faldas del Cerrito Verde (cerro Santa Ana), que por su posición geográfica y la visión de un enorme río permitía otear muchas cosas, fue fundada Guayaquil, la urbe que con el paso de los años y la colaboración de sus habitantes se ha convertido en un gran polo de desarrollo que motiva la admiración de propios y visitantes.
Es necesario reconocer que no siempre ha sido así. Felizmente las alcaldías de León Febres-Cordero y Jaime Nebot, visionarios y realizadores exitosos, han permitido que se hagan muy importantes obras y se planifiquen otras en marcha. El trabajo no se detiene y vendrán muchas cosas más en favor de nuestra ciudad.
Si la rueda moscovita permite visualizar un horizonte de obras que impresionan, ya se afinan los estudios para la aerovía que unirá Durán y Guayaquil; será un excelente transporte-elevado. Y qué decir del nuevo puente que unirá a La Puntilla con el norte de la urbe para ayudar a descongestionar el tráfico actual.
Ciudadelas y barrios periféricos cumplen su cometido en que converge el aporte de todos para la seguridad y el buen vivir.
Ya mismo vendrán las consultas y licitaciones para el moderno aeropuerto en la zona de Daular, que tendrá varias pistas para aterrizaje y decolaje de aviones.
Esa es Guayaquil, que ha conquistado a miles y la llaman “Guayaquil de mis Amores”, gracias a 2 alcaldes que han extendido su mano a quienes admiran y respetan a la urbe y se suman al ejército de coterráneos que anhelan más de lo positivo que ven.