Opinión
¡Juguitos de naranja están ‘miti-miti’!

Ariana Almeida Martínez, Quito
La comercialización de jugos de naranja en las calles de la capital descencadenó diversas reacciones. Algunos consideran que estas bebidas sí son aptas para el consumo y otras creen que no cumplen con los parámetros de higiene.
Por esta razón, EXTRA tomó varias botellas de jugo de distintos puntos de venta en Quito y las envió a un laboratorio para que sean analizadas.
El 50 % de las muestras de jugo de naranja contenía una gran cantidad de bacterias, mientras que el otro 50 % ‘aprobó’ el examen con ‘las justas’, detalló el jefe del centro, Danilo Sambache, quien luego de 48 horas de revisión presentó los resultados.
Las primeras tenían “elevadas coliformes totales. Estas bacterias pueden provenir de la falta de asepsia en la manipulación de los alimentos. Quienes preparan los jugos van al baño y no se lavan las manos o reciben el dinero y luego cogen la fruta”, dijo.
Otro dato que preocupó a Sambache es la cantidad de escherichia coli presente en las bebidas. “Posiblemente es de origen fecal. Para hacer una relación deben tener un máximo de 100 bacterias, estas tenían 400”, enfatizó.
Mientras que en las segundas muestras también se evidenciaron estos resultados, pero en cantidades menores.
El especialista indicó que para este tipo de bebidas el Servicio Ecuatoriano de Normalización (INEN) no tiene parámetros, ya que sus normas solo regulan jugos pasteurizados. Por esta razón, el análisis se llevó a cabo con base en la norma peruana y la Comisión Internacional sobre Especificaciones Microbiológicas para los Alimentos (Icmsf).
Botellas sucias
José Izquierdo, químico de alimentos y analista de ese laboratorio, comprobó que el contenido de las botellas sí era jugo natural de naranja. Sin embargo, el tratamiento para envasar el producto no fue el adecuado. “La botella estaba contaminada con colorante artificial. Posiblemente, las líneas anaranjadas del envase se deban a un mal lavado o podría ser una botella usada”, subrayó.
Johanna Chacón, ingeniera en alimentos, puntualizó que para embotellar una bebida se debe considerar la naturaleza, composición, sensibilidad a factores atmosféricos, temperatura, vida útil... “El envase es para conservar la bebida, no debería alterarla. Al ponerla en una botella debe mantener su olor, sabor y textura. Sin embargo, en estos jugos, los envases no son tratados y contienen polímeros que se desintegran con la acidez del producto. Cuando lo bebes sabe a plástico”, indicó.
Cuidado con la disentería
Freddy Gómez, gastroenterólogo especializado en enfermedades digestivas, detalló que la ingesta de bebidas con bacterias como escherichia coli y coliformes pueden causar infecciones intestinales.
En casos extremos puede afectar al aparato excretor, vías urinarias, produciendo cistitis, uretritis, meningitis, peritonitis, mastitis, septicemia y neumonía.
“Generalmente no pasa de una diarrea, que si no se controla a tiempo puede desencadenar una deshidratación que puede conducir al paciente al hospital”, subrayó.
El especialista detalló que algunas cepas de estas bacterias causan diarreas hemorrágicas por su agresividad, patogenicidad y toxicidad y recomendó tomar atención en los niños, quienes pueden ser seriamente afectados.