Opinión
La verdad hay que encontrarla...
Hay algo que nadie lo puede negar, por ciego que sea; el caso Odebrecht constituye uno de los más asquerosos y putrefactos acontecimientos de nuestra historia nacional. La corrupción elevada a la enésima potencia, eso es Odebrecht.
El ansia de enriquecimiento de quienes se autocalificaron por “tener mentes lúcidas y manos limpias”, se puso de manifiesto en esta década “ganada” (claro que es ganada para ellos). Todo llega a su tiempo. Se trató de tapar lo de Odebrecht con mil pretextos. Para lograrlo se metió la mano en la justicia para poder contar con jueces, fiscales, contralores, organismos de control, que nada controlaron, con la absurda creencia que iban a estar en “la mamadera” 300 años. Pero “a todo cerdo le llega su San Martín”, dice Juan Pueblo...
Y ese día felizmente parece que ha llegado. El pueblo espera que lo que están haciendo la fiscalía y el presidente Moreno no sea carrera de caballo y parada de burros. Que lo que ha empezado con buen pie, siga hasta llegar al final para que se vayan a la cárcel todos los comprometidos en este nauseabundo escándalo, “sea quien fuere”, y por muy pariente que sea del Espíritu Santo...
La Asamblea Nacional debe limpiar la mala imagen que tiene ante el país y sin subterfugio alguno iniciar una seria fiscalización. Debe interpelar al Contralor por vídeo-conferencia, a todos los implicados en este asunto, y hacer que se conozca la lista completa de los “financistas” mencionados por Odebrecht. (BLC)