La vieja Casona se cae a pedazos...

Me toca en carne propia, por haber estudiado en sus aulas en los años 50 del siglo pasado, la lamentable noticia que nos hace conocer la decadencia de tan noble como vetusto edificio porteño, que es todo un ícono no solo de la ciudad sino del país todo.

Me refiero a la vieja Casona Universitaria de Guayaquil que, por el descuido de las autoridades del alma mater, está en la triste condición de decadencia en que se encuentra luego de haber sido todo un símbolo por la formación profesional de miles de ecuatorianos, en las carreras clásicas: Medicina, Leyes, Economía, Agronomía y Veterinaria.

Con la inauguración y ocupación de la ciudadela Universitaria a orillas del estero Salado, la Casona siguió siendo la sede del Rectorado durante un tiempo y se siguieron llevando a cabo en su sagrado espacio importantes actos en los que participaron figuras relevantes del Ecuador y el extranjero, usándose el viejo auditorio que fuera engalanado con el esplendoroso mural de Oswaldo Guayasamín. También en esa casona “hoy en ruinas” se dieron actos heroicos de grupos de estudiantes (y hasta de catedráticos) que lucharon contra la injusticia y que a veces hasta fueron reprimidos en forma letal.

Es necesario, pues, que en defensa de la historia, de la tradición y de la cultura, recuperemos ese edificio en el cual se educaron ciudadanos que después fueron jefes de Estado, ministros, grandes científicos, encumbrados escritores y artistas, luchadores insignes. Y se acuda inmediatamente con el equipo y capital necesarios para restaurar la vieja Casona, a la que se debe seguir rindiéndole el culto que merece por todo lo que ha significado para la ciudad y para el país situado en la mitad del mundo... (FCV)