Opinión
Columnas: El regreso a la mediocridad
Los vientos de la mediocridad están a las puertas. En la Asamblea, por ejemplo, su presidenta propone reformar la Ley Orgánica de Educación para eliminar que los rectores y docentes universitarios tengan un PhD en un claro “populismo democrático” para establecer la mediocridad académica. Los 120 millones eliminados para becas de jóvenes pobres en universidades extranjeras es otro síntoma hacia esa mediocridad. Preferir escuelitas unidocentes para pobres en lugar de las escuelas del milenio es condenar a esos niños a la mediocridad. Que se llame como signo de “honestidad” el sacar una baja puntuación de 10/20 y luego ser premiada como fiscal, es una clara señal de mediocridad, ¿cómo se explica a los alumnos que fueron reprobados y estigmatizados en sus escuelas con esa misma nota?
Cuando se dan argumentos desde los ministerios de que todo está mal o que las obras anteriores no funcionan y sin embargo pasa el tiempo y no solo se las siguen usando sino que se las quieren vender ¿y no, que no servían? Y sin duda tenemos también el contagio de la mediocridad en las redes sociales, donde la burla es el argumento de los mediocres (de lado y lado) ya que no consiguen defender sus ideas con palabras...
Estamos a la deriva de la mediocridad, gobernados a punta de supuestos “diálogos” para no pelearse con nada ni con nadie, pero como dijo el genio informático Steve Jobs: “El líder que quiere tener a todos contentos, mejor que se dedique a vender helados”.