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Opinión

Editorial: La jura de la bandera

Se instauró en el año de 1960 como uno de los aspectos que guardaban los maestros y los escolares en los tiempos en que el patriotismo era una especie de culto religioso de los ecuatorianos.

Se instauró en el año de 1960 como uno de los aspectos que guardaban los maestros y los escolares en los tiempos en que el patriotismo era una especie de culto religioso de los ecuatorianos como respuesta a las agresiones que sufrió el país por parte del vecino del sur y que ha culminado con la pérdida de la mitad del territorio ecuatoriano.

Los ecuatorianos de los colegios acuden a la jura de la bandera para decir bajo el grave testimonio del juramento que venerarán y defenderán el honor de ese símbolo patrio y, ciertamente, cuando se han producido los graves hechos de la agresión, han sido los jóvenes, estudiantes o no, quienes han acudido, con el espíritu absolutamente dispuesto a prestar su contingente para la defensa de la patria, simbolizada en su bandera.

No se ha perdido la tradición de este episodio patriótico que se repite cada año y que causa la emoción de los estudiantes que, rodilla en tierra y tomando en su manos y llevando a sus labios el lábaro nacional, pronuncian el juramento, escena conmovedora que jamás debe perderse porque es semillero para uno de los sentimientos más puros y nobles que es el amor a la patria.