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Opinión

Editorial: Con el metro no se improvisa

Los quiteños merecen un transporte confiable, no una lotería sobre rieles

Desde su inauguración, el metro de Quito viaja diariamente cargado de problemas. Fallas en puertas, deficiencias en la infraestructura y actos vandálicos hacen que los usuarios compartan sus desplazamientos con ciertos riesgos. A esto se suma la última polémica: el sistema de transporte funciona sin un contrato de mantenimiento integral y con el crucial sistema de radiocomunicaciones desactualizado desde hace meses. Esto no es un simple retraso o un fallo técnico; es un riesgo real que corre cualquier pasajero cada vez que aborda un tren.

Mientras los concejales y autoridades locales presionan por soluciones, la empresa anuncia contratos para 2026. Esa espera no es solo lenta sino peligrosa, ya que cada día que pasa sin mantenimiento especializado es un día que se viaja en el metro a ciegas, pese a que desde la gerencia del sistema aseguran que se llevan a cabo mantenimientos.

Los quiteños merecen un transporte confiable, no una lotería sobre rieles. Es momento de que las autoridades actúen ya, inviertan en seguridad y operación, y dejen de vender promesas para años futuros. La seguridad de los ciudadanos no puede esperar: el metro debe ser un servicio seguro y calificado hoy, no mañana.

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