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Opinión
Editorial: Directo a donde más les duele
La eliminación del subsidio al diésel en Ecuador no solo impacta al bolsillo ciudadano, también busca frenar la minería ilegal
Quitar el subsidio al diésel no solo le pega al pueblo en el bolsillo, también puede ser un golpe duro contra la minería ilegal que se mete en varias partes del país. Los números son claritos: en regiones claves, el consumo de este combustible se ha cuadruplicado, y gran parte de ese diésel va directo a alimentar operaciones ilegales con maquinaria pesada que llega a lugares remotos sin dejar rastro en los registros oficiales.
Limitar el combustible subsidiado es solo el primer paso. Para desarmar a estos grupos, las autoridades tienen que seguir la ruta del dinero y averiguar cómo se sostiene todo este negocio. En eso el pueblo está de acuerdo. Otra clave es rastrear de dónde sale la costosa maquinaria que usan estos ‘chuecos’. Pero ojo: es un error quemar las retroexcavadoras decomisadas. Se pierden activos valiosos que podrían servir a las prefecturas o a comunidades agrícolas que están ‘chiras’, y al mismo tiempo se destruyen pruebas fundamentales para desbaratar a las mafias.
Es hora de que el Gobierno repiense su estrategia contra la minería ilegal, que daña tanto la economía como el medio ambiente, y que busque medidas más inteligentes y efectivas. Las soluciones para limpiar tanta porquería del país siempre avanzan a paso de tortuga… Hay que meterle ‘turbo’ porque ya no se aguanta más.