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Opinión

Editorial: Un 'escobazo' a la política

El desafío ahora es claro: los partidos y sus dirigentes deben demostrar que pueden reinventarse

Los enfrentamientos constantes entre las más altas autoridades han convertido la gestión pública en un espectáculo de disputas sin sustancia, mientras los escándalos de corrupción siguen saliendo a la luz, confirmando sospechas que la ciudadanía ha tenido por años. Ante este panorama, es urgente una transformación real y estructural que recupere la confianza en la política.

El país no puede permitirse olvidar el legado de impunidad que dejaron administraciones pasadas. Durante una década, el poder protegió a sus figuras más cuestionadas, creando mecanismos como la “responsabilidad política” para evadir la justicia. Tampoco puede ignorarse la reciente sentencia contra un exfuncionario de un partido que dirigió a Guayaquil durante años, mientras su líder elige el silencio en lugar de dar explicaciones.

El desafío ahora es claro: los partidos y sus dirigentes deben demostrar que pueden reinventarse. No basta con discursos de renovación si en la práctica se mantienen las mismas estrategias de poder y conveniencia. Es momento de dejar atrás los partidos de alquiler y los pactos opacos. Ecuador necesita organizaciones políticas sólidas, comprometidas con el servicio a la ciudadanía y con la reconstrucción de una institucionalidad que hoy luce desgastada.