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Opinión
Editorial: Gol en contra de la unidad
La selección volverá a enamorar cuando la soberbia desaparezca y el equipo se acerque nuevamente a su gente.
No se trata de un tema de vida o muerte, pero sí de un emblema que, hasta hace algunos años, unía al país: la selección de fútbol. Más allá de los cuestionamientos por el manejo de las convocatorias y la poca o nula comunicación de los dirigentes de la Ecuafútbol, la Tri se encuentra en medio de un ‘tira y jala’ regional que revive viejas rivalidades que parecían superadas con la clasificación al primer Mundial.
Las envidias y las revanchas terminan desbaratando aquella construcción de identidad nacional que solo la selección, por su arrastre popular, ha logrado consolidar. Todo esto está directamente ligado a la expresión de la Tricolor en la cancha. La propuesta futbolística no puede contentar a todos, pero al menos desde adentro se debe reconocer que los cuestionamientos tienen fundamento en los resultados: muchos empates y pocos goles. Es decir, hay un déficit que debe solucionarse, aunque eso incomode al técnico.
La selección volverá a enamorar cuando la soberbia desaparezca y el equipo se acerque nuevamente a su gente.