Exclusivo
Opinión
Editorial: La improvisación agudiza el caos
Los ciudadanos merecen obras bien planificadas, con criterios técnicos, ambientales y sociales, que pongan en primer lugar sus necesidades
En la pelea, que parece más de perros y gatos, entre el Municipio de Guayaquil y el Gobierno Nacional por la construcción de los pasos elevados en la zona de Los Ceibos, los únicos que terminan perdiendo, como siempre, son los ciudadanos. La obra, que permanece paralizada, ha generado un fuerte impacto en la movilidad: el tráfico en la avenida del Bombero es ahora más caótico que nunca, especialmente desde que se cerraron dos carriles para dar paso a los trabajos.
El problema, más allá de la disputa política, es que se está postergando una discusión urgente y necesaria sobre el futuro de la movilidad en Guayaquil. Esta ciudad no puede seguir dependiendo de una infraestructura vial que ya no da abasto, mientras se ignoran los reclamos de vecinos, expertos y usuarios que exigen soluciones reales y sostenibles. Se habla más de quién tiene la razón que de cómo resolver el caos diario que viven miles de personas. Mientras tanto, los embotellamientos siguen creciendo, el transporte público se ve afectado y la calidad de vida de los guayaquileños se deteriora.
La solución no puede seguir esperando. Los ciudadanos merecen obras bien planificadas, con criterios técnicos, ambientales y sociales, que pongan en primer lugar sus necesidades. La improvisación solo profundiza el caos.