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Opinión

Editorial: Matar mascotas no es la solución

La tragedia que enluta a una familia por el ataque de un perro que acabó con la vida de una menor de edad pone sobre la mesa de debate las responsabilidades de los dueños de las mascotas frente a la salida más rápida -para muchos-, sacrificar al animal.

Una mascota puede ser agresiva independientemente de la raza. Por lo general, si son criados de la manera correcta, no atacan a los demás. La agresividad de un perro es responsabilidad de su dueño por dos razones: porque pudo haber sido criado para eso; y luego porque el propietario es responsable de un animal agresivo y debe tener los cuidados necesarios para proteger a los demás. Matarlos nunca es una solución.

Es necesario concientizar a las personas en que deben hacer una adopción y crianza informada, guiada y responsable de animales, teniendo en cuenta que la educación y entrenamiento es responsabilidad del tutor. Lo mismo que la responsabilidad social cuando se presentan agresiones a terceros.

También se deben extender reglamentos de tenencia y reproducción de razas potencialmente agresivas, llevar registros de ejemplares, controlar su reproducción, vigilar que el manejo que se le da a estos animales sea el adecuado.