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Opinión
Editorial: Ni un paso atrás a la injusticia
El Gobierno enfrenta una crisis por falta de diálogo y empatía tras eliminar el subsidio al diésel. Ecuador necesita firmeza y justicia
Prever y dialogar para evitar crisis no es precisamente el punto fuerte del actual Gobierno. Han llevado al límite los enfrentamientos entre la fuerza pública, los movimientos indígenas y uno que otro terrorista infiltrado, para recién sentarse a esbozar la paz que tanto necesita el país para progresar.
En este punto, los egos, las revanchas, las ideologías y demás sentimientos que enferman e intoxican a quienes tienen el poder deben quedar fuera de las mesas de diálogo. Se necesita firmeza, respeto y equidad de ambas partes. De lo contrario, el pueblo seguirá pagando los platos rotos por las decisiones improvisadas que se tomen en torno a la crisis derivada de la eliminación del subsidio al diésel.
Gobernar no es resistir a las críticas, sino anticiparse a los conflictos y proteger a quienes más sufren sus consecuencias. Esa debería ser la premisa de toda administración que dice velar por el bien común.
Aquí también aplica la célebre frase que unió a todo el Ecuador en el conflicto bélico de 1995: “Ni un paso atrás”. Pero hoy, ese lema debería servir para no ceder ante la incompetencia, la soberbia y la falta de empatía. No retroceder hacia el caos, sino avanzar con decisión hacia un país más justo, donde el bienestar colectivo pese más que los intereses particulares.