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Opinión

Editorial: ¡Normalización del colapso!

La pasividad ciudadana ante la corrupción y la violencia nos lleva al abismo. Es momento de actuar con valentía por el país

Cada día se hace más evidente el deterioro del país, pero no así la capacidad de reacción de una ciudadanía que parece resignada. Nos escandaliza la corrupción, pero aceptamos que solo paguen los de menor perfil. Nos alarma la violencia, pero respiramos aliviados si no ocurre en nuestra ciudad. Renunciamos al espacio público, a la salud pública, a la educación pública… como si todo ello fuera un lujo y no un derecho.

Justificamos las fallas del gobierno con el argumento de que podría ser peor. Nos acostumbramos a transitar por carreteras destruidas y a ver escuelas en ruinas.

Naturalizamos lo anormal. Pero esta “adaptación” no es resistencia ni madurez: es una forma de rendición que nos conduce al abismo.

No podemos seguir postergando el momento de asumir responsabilidades. La evasión y la pasividad no deben tener cabida en una sociedad que aspira a un futuro distinto. Exigir cambios es urgente, pero también lo es contribuir a ellos.

No se trata solo de reclamar: se trata de actuar con valentía antes de que ya no quede país al cual rescatar.