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Opinión

Editorial: Peligrosa quema de ‘viejos’

Es una costumbre ecuatoriana el celebrar la terminación de cada año con la consabida quema de muñecos que simbolizan la vejez y agonía de los 365 días transcurridos, peleles que son incinerados con sus entrañas llenas de explosivos en la vía pública exactamente a las 12 de la noche.

Era costumbre en el pasado que cada familia fabricara “en comandita”, con la ropa usada, al ‘viejito’, pero en la actualidad los muñecos son comprados, habiéndose creado una actividad artesanal que favorece a muchas familias del suburbio.

En vista de las medidas de bioseguridad que han tomado el Comité de Operaciones de Emergencia y las autoridades municipales, en este año se han prohibido en varias ciudades la quema de los ‘viejos’ en calles o aceras y tendrá que hacerse en sitios despoblados. Y es que, según han advertido ya varios médicos, la quema de muñecos afectará gravemente a la salud de las personas con problemas respiratorios o cardíacos y a los recuperadas del coronavirus; el aire pesado obligaría también a muchas personas a quitarse las mascarillas protectoras, quedando expuestas al contagio del virus.