Exclusivo
Opinión

Editorial: Preguntas sin respuestas claras

Las siete preguntas para la consulta popular que promueve el Gobierno actual han dejado un raro olor a amenaza

Las siete preguntas para la consulta popular que promueve el Gobierno actual han dejado un raro olor a amenaza, ya que ninguna cuenta con anexos ni con una idea clara. Son, a todas luces, preguntas que responden a un solo fin: congelar a la Corte Constitucional, en venganza por la suspensión provisional de una serie de artículos de diversas leyes promovidas por el Ejecutivo (Inteligencia, Solidaridad Nacional e Integridad Pública).

Para esto, el presidente de la República ha movilizado a sus ministros y hasta a los asambleístas del oficialismo, encabezados por el presidente del Legislativo, quien —sentado junto a la secretaria de Gobierno y rodeado por representantes de la fuerza pública— envió un mensaje a la nación en rechazo a la decisión de la Corte Constitucional.

¿Cuál es el verdadero mensaje, entonces, que recibe el pueblo ante esta disputa? Lejos de las revanchas y pasiones, un instrumento tan importante como la consulta popular debe servir en beneficio de los ciudadanos, pero con un objetivo claro y no como una herramienta para intimidar o ajustar cuentas con quienes ejercen el control constitucional.

De lo contrario, lo que se está sembrando es miedo. Y el miedo, cuando viene desde el poder, nunca construye democracia.