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Opinión

Editorial: Protección de mascotas

Consideramos como animales domésticos, que por lo general protegemos y viven en nuestros hogares, sobre todo a perros y gatos y a veces también aves, como loros y canarios, y los que cometemos la crueldad de encarcelar en jaulas y hasta los peces que también son reducidos al mínimo de su hábitat, conservándolos en una pecera.

En cuanto a estas criaturas, que se expresan en ladridos y maullidos, muchas de ellas andan sueltas y sin destino por las calles, plazas y tumbados porque han tenido la mala suerte de no tener a una persona o una familia que los ampare y alimente.

Son los llamados “perros de la calle” o “gatos de los tejados” que deambulan sin protección alguna en las ciudades.

Sin embargo, en Quito ha aparecido Luchito, tal como se lo conoce cariñosamente a Luis Bejarano, quien se ha dedicado a la amorosa tarea de rescatar a las mascotas que no tienen dueño. Este ciudadano pertenece hace varios años a la Fundación Protección Animal Ecuador (PAE) y, según sus declaraciones, a la hora de ayudar a un animal en condición de riego no contempla fecha ni horario para cumplir con la misión que se ha propuesto y que la lleva a cabo sin recibir nada a cambio.