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Opinión
Editorial: A recuperar las zonas rurales
La matanza en El Empalme evidencia el dominio de bandas narco y la falta de un plan estatal para frenar la violencia en zonas rurales
La reciente matanza ocurrida en una parroquia del cantón El Empalme, provincia del Guayas, expone nuevamente la ausencia de un plan integral para enfrentar al crimen organizado. Esta violencia, originada por disputas territoriales y rutas de traslado de droga entre bandas, evidencia cómo estas estructuras operan a plena vista de autoridades y pobladores, utilizando con libertad las amplias zonas agrícolas como bodegas del narcotráfico.
Fuera del foco mediático, los límites entre Guayas, Los Ríos, Manabí y El Oro se han convertido en corredores estratégicos por la interconexión vial que facilita el movimiento de droga desde el norte y sur del país hacia los puertos de Manta, Guayaquil, Posorja y Puerto Bolívar. Allí, como EXTRA lo ha denunciado en varias ocasiones, la ‘merca’ sale del país mediante la contaminación de contenedores marítimos y otros.
Sin embargo, la respuesta del Gobierno sigue siendo débil. Los operativos policiales y militares no bastan. Se requiere una presencia sostenida de la fuerza pública en los poblados donde estas bandas se establecen, antes de que nuevos episodios sangrientos sumen más víctimas inocentes y profundicen la crisis social, con migración forzada, cierre de negocios y el colapso de la comunidad en zonas rurales que ya viven bajo el control del miedo.