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Opinión
Editorial: Un país cansado de secretos
El silencio del Gobierno ante la millonaria compra de dos medios por un asambleísta alterno del oficialismo genera más sospechas que prudencia
‘Se fue el mudo’ en el Gobierno... Sí, pero solo para algunas cosas. Habla para decir cosas que lo ponen en un ‘pedestal’, pero no para responder sobre la millonaria compra que hizo un asambleísta alterno del oficialismo: dos medios de comunicación por poco más de 2,5 millones de dólares, pese a que su patrimonio no supera las 70 ‘lucas’.
Y si el Gobierno no contesta las preguntas de la prensa sobre estas adquisiciones, menos lo han hecho el Centro Nacional de Inteligencia o la Unidad de Análisis Financiero y Económico.
¿Por qué no responderle al pueblo sobre un negocio que levanta tantas sospechas por el monto y por quien lo realiza? No se trata de una compra cualquiera: el adquiriente es un legislador, un funcionario que se debe a los ecuatorianos y cuya transparencia debería ser su carta de presentación. Es él quien debe fiscalizar al Ejecutivo y aprobar el presupuesto estatal, no generar sombras que debiliten la confianza pública.
Callar frente a hechos así no es una estrategia. Es una confesión silenciosa. Cuando el poder elige no responder, deja claro que algo no anda bien. Y en un país cansado de los secretos y los pactos bajo la mesa, el silencio ya no suena a prudencia, suena a complicidad.