Exclusivo
Opinión
Editorial: Usuarios de taxis, desprotegidos
El repunte de secuestros exprés en taxis y apps en Guayaquil convierte diciembre en un mes de miedo
Diciembre dejó de ser, para muchos habitantes de Guayaquil, un mes de paz, solidaridad y celebración. El repunte de ciertos delitos, en especial de los secuestros exprés o ‘paseos millonarios’, ha convertido estas semanas en un periodo de miedo y zozobra. Las víctimas coinciden en un patrón que se repite: los ataques ocurren en taxis amarillos y también en vehículos de aplicaciones que, en teoría, deberían brindar mayor seguridad por el uso de tecnología, GPS y verificación de conductores. Sin embargo, hasta esos sistemas han sido infiltrados por delincuentes.
Las malas experiencias se multiplican en redes sociales, un espacio que lo aguanta todo porque el temor a represalias aleja a muchos de formalizar sus quejas en la Fiscalía. Cada testimonio es más aterrador que el anterior, pero todos siguen el mismo libreto, ya conocido por las autoridades y que, aun así, no recibe una respuesta contundente para frenar este delito.
Las autoridades no pueden limitarse a monitorear el problema. Deben intervenir de manera coordinada, auditar a fondo a las empresas de transporte, depurar a los conductores vinculados a ilícitos y reforzar los controles en las calles. Nadie debería verse obligado a vivir una experiencia aterradora a bordo de un taxi.