Una liga libre de sospechas
En el fútbol es fundamental el respeto a las reglas del juego. Esto incluye conceptos tan nobles como amistad, respeto al adversario y espíritu deportivo. La ética y la moral van de la mano en la lucha contra el engaño.
La ética es la ciencia del comportamiento de los hombres en la sociedad; y por la situación legal que actualmente enfrenta Miguel Ángel Loor, presidente de la Liga Profesional de Fútbol de Ecuador (LigaPro), no es ético que él siga al frente del organismo que agrupa a los clubes de las series A y B.
Loor, acusado de incumplir con sus obligaciones tributarias y ausente del país desde diciembre del año pasado, maneja el torneo a control remoto, valiéndose de las nuevas modalidades de trabajo impuestas por la pandemia y amparado en los estatutos de la LigaPro que lo blindan y favorecen. Prácticamente es irremovible del cargo.
No es ético que la principal cabeza del torneo de fútbol de un país, que mueve millones de dólares, esté salpicado en el caso de Alex Saab, señalado testaferro de Nicolás Maduro y procesado en Estados Unidos por lavado de activos, y también señalado por, supuestamente, recibir 6 millones de dólares y otros 30,8 millones, en tres empresas suyas en Panamá.
LigaPro y los presidentes de los clubes que la integran deben –con urgencia y de manera directa– exigirle a su presidente que enfrente las indagaciones a las que está sometido. Y que mientras tanto, Loor encargue la presidencia a quien corresponda. No solo a los clubes, sino al país le interesa que el fútbol esté al margen de cualquier sospecha.