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Opinión
Editorial: Entrega de cadáveres
Otro de los problemas causados por la pandemia del coronavirus, con cerca de seis meses de duración, a más del colapso de ciertas clínicas y hospitales por el exceso de demanda por los cientos de casos presentados, ha sido la retención de muchos cadáveres en estos centros de salud, los mismos que no se entregan a sus deudos que quieren sepultarlos mediante una ceremonia familiar y religiosa.
El motivo para que tal entrega no se cumpla es, indudablemente, la falta de identificación de los restos humanos de quienes fueron víctimas letales del COVID-19. El problema se inició cuando se colocaron los cuerpos en los contenedores de varios hospitales, entre ellos el del Guasmo Sur y Los Ceibos, teniéndose que recurrir a agentes experimentados para que lleven a cabo tan difícil tarea. Cerca de 260 cadáveres han tenido que ir siendo reconocidos mediante varios métodos antropológicos, como el de las huellas dactilares y ahora se desarrolla el proceso de compatibilidad de pruebas de ADN comparados con los familiares directos.
Esta difícil como penosa tarea se sigue cumpliendo y se van entregando los cuerpos de los difuntos a medida que se van aplicando las pruebas anotadas. Es decir que todavía falta un buen tiempo para que se pueda llevar a cabo la exhumación que han preparado los deudos.