Opinión
Palos de ciego
En el cambio de guardia en el Palacio Presidencial, el lunes último, que estuvo presidido por el presidente Lenín Moreno y el vicepresidente Jorge Glas, fueron por demás notorios los gritos de “fuera traidor fuera” que algunos aglomerados en la Plaza Grande endilgaron al actual Jefe de Estado quien, más bien, estuvo de lo mejor con su antecesor y, ante su viaje a Bélgica, le deseó lo mejor y “que Dios lo proteja” a él y a su familia, lo cual se divulgó esa misma mañana. En cambio los términos de Rafico contra Lenín, pocas horas después, en el aeropuerto Tababela, fueron por demás inamistosos, condenando el cambio de estilo de su sucesor con supuestas claudicaciones y entreguismos.
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Hizo especial alusión contra “el bucaramato” por la presunta reciente entrega a ellos de las empresas eléctricas, ante lo cual enfatizó que “ahora, más que nunca, hay que hablar muy claro. Si no, seré yo el primero en desafiliarme de Alianza País”. E insistió en condenar lo que él tildó de entreguismo, deslealtad y mediocridad. Aquí sí cabe repetir el antiguo adagio: “Más claro no canta el gallo”...
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Por las declaraciones de Rafico contra su sucesor habría que citar viejas frases como “genio y figura hasta la sepultura”. Y “el que nace pipón, aunque lo fajen”...
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El “vice” Glas estuvo tanto en el cambio de guardia presidencial y como también en la despedida a Rafico. ¿Allá representó a su inmediato superior (que mejor se quedó en Carondelet), o por propia iniciativa ahora que la bancada legislativa opositora lo quiere tener “vivito y coleando” en la Asamblea para enjuiciarlo acusándolo de haber estado ciego, sordo y mudo en casos de Caminosca, Odebrecht y Petroecuador?...