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Opinión

Prohibitiva elevación de la deuda pública

Por Nicolás Ulloa

BIEN DICEN QUE los números no mienten. Y eso ocurrió con la deuda pública. En enero del 2007, cuando Correa asumió el poder, la cifra oficial era de 13.873 millones de dólares, y ya estaba vigente la prohibición legal de que dicha deuda no debía pasar del 40% del PIB, Producto Interno Bruto. Al entregar Correa el mando, hace casi 11 meses, la cifra llegó a 64.944 millones de dólares, un escándalo para la economía de un país que está muy lejos de figurar entre los más ricos de América, no digamos del mundo. Eso pocos sabían. ¿Por qué la deuda estatal creció en forma tan escandalosa? Porque los encargados de las finanzas públicas habían ocultado partidas o las disimularon dolosamente, pues esa era la orden terminante que enviaba Carondelet. Y como tenían Congreso, Contralor, Fiscal y todas las autoridades del país sumisas al todopoderoso “Mashi”, no había mayor problema en alterar cifras. El colmo, Correa tuvo el descaro de decirle a su sucesor, Lenín Moreno, que “le dejaba la mesa servida”...

ADEMÁS DE QUE a los pocos años del régimen de Correa tuvo la suerte de que el petróleo, nuestro principal producto de exportación, llegó a 130 dólares el barril, cuando en época de Febres-Cordero, Borja, Sixto y otros el precio no subía de 20 dólares. Nos endeudamos como nunca, pues la idea era hacer obras “como locos” para impresionar al país, y para que ciertos “sabidos” se llenen los bolsillos con toda desfachatez. Pocos están ahora presos, aunque la cárcel sí espera a otros más...