Opinión
Se multiplican los delincuentes desalmados
Existen maleantes que nos roban algo precioso como es el tiempo. Hay pillos a quienes los llaman vendedores del terror. Ellos suben a los colectivos y utilizan términos o palabrerías que producen miedo como: “ya no queremos robar” o que “quieren regenerarse”...Y los incautos pasajeros, especialmente las mujeres, aterrados les dan dinero.
Últimamente han surgido unos ladrones antipueblo, que se han robado las asentaderas de hierro de los paraderos de los colectivos, perjudicando enormemente a la ciudadanía. Les pido a las autoridades respectivas que no se dejen vencer y los lugares en donde se han hurtado los asientos se remodelen con material de cemento o madera.
Oros individuos nefastos que se convierten en ladronzuelos de la peor ralea se han dedicado a la negativa tarea de robar las partes superiores de los monumentos que son de hierro, incluyendo las placas de metal que eran en homenaje a respetables personajes que ha tenido nuestro país.
Ahora nos debemos preguntar cuando falta lo principal del monumento a la memoria de quien le correspondía, como es el caso que casi nadie sabe dónde está el monumento de Jaime Roldós Aguilera, considerando que cada 24 de mayo se recuerda un año más de su muerte.
Vale agregar que la Terminal Terrestre se llama Jaime Roldós Aguilera, pero la ciudadanía lo desconoce, por falta de mayor acuciosidad de la fundación que se ha enriquecido realizando el control económico.
La terminal está en la obligación de colocar una exaltación por medio de un letrero, resaltar su nombre, y de ser posible, por qué no, una estatua, que eternice la labor que realizó en su corto período presidencial.
Por el Lic. Ricardo Ordóñez Jaramillo