Apenas amanecía el domingo 9 de noviembre de 2025 cuando el presidente Daniel Noboa publicó un mensaje en su cuenta de X. Eran las 06:00 y el país despertaba con un nuevo anuncio económico: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) otorgará un préstamo de 250 millones de dólares al Ecuador, destinados a la compra de medicamentos. 

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La noticia llega en plena crisis del sistema público de salud y a solo una semana de que los ecuatorianos acudan a las urnas para la consulta popular y el referéndum.

“El BID apuesta por el Ecuador con 250 millones de dólares para fortalecer la compra de medicamentos y mejorar el servicio de salud pública en todo el país”, escribió Noboa. Añadió que el proyecto representa “un compromiso con millones de ecuatorianos que merecen una atención médica digna y resultados reales”.

El anuncio, sin embargo, revive una demanda que ya venía sonando desde hace meses. En julio de 2025, la Alianza Nacional por la Salud, que agrupa a médicos y pacientes, pidió al Gobierno declarar en emergencia el sistema sanitario y poner en marcha un plan de contingencia por la falta de fármacos en hospitales y dispensarios públicos. Hasta ahora, aseguran, los estantes siguen vacíos.

En su mensaje, el presidente también recordó la conformación del Comité de Salud, encabezado por la vicepresidenta María José Pinto, junto a Jimmy Martin, ministro de Salud; Édgar Lama, presidente del Consejo Directivo del IESS; y Cynthia Gellibert, secretaria de la Administración Pública. Según Noboa, este equipo “tiene la misión de hacer que cada centavo llegue a donde debe llegar: al abastecimiento de medicina a nivel nacional”.

Lama, quien ha sido cuestionado por sus vínculos familiares con clínicas privadas, no tardó en respaldar la publicación del mandatario. En la misma red social respondió: “El compromiso del Gobierno Nacional es rescatar la salud pública, mejorando servicios y asegurando medicamentos y atención. Los recursos del BID reafirman la confianza que existe para cumplir este objetivo. Nosotros seguimos adquiriendo medicinas e insumos para todos los hospitales del Seguro Social”.

Pero no todos en la red compartieron el entusiasmo. Las respuestas a Noboa y Lama mostraron un pulso distinto. “¡Qué terrible! Millones y millones en créditos y no se ve esa plata por ningún lado”, comentó el usuario @AdrianMunozR. Otra internauta, @Michelleyv, fue más técnico: “Los préstamos del BID no significan confianza política, son operaciones financieras comunes en la región”.

¿Qué es el BID y cómo beneficia la economía de los países miembros?

Y, en efecto, los préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo son parte de la rutina económica de los países latinoamericanos. El BID es la principal fuente de financiamiento a largo plazo para el desarrollo económico, social e institucional de la región. Sus operaciones —préstamos, garantías y asistencia técnica— se aprueban tras un análisis financiero y de viabilidad de los proyectos.

Entre sus mecanismos se encuentran los llamados “Préstamos basados en políticas” (PBL), en los que el desembolso está condicionado al cumplimiento de ciertas reformas o metas. En ese sentido, más que una señal de respaldo político, este tipo de créditos representan una herramienta financiera que busca asegurar que los gobiernos cumplan con planes específicos.

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