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Política

El Gobierno tuvo su primer revés en la consulta popular del domingo 16 de noviembre.Gustavo Guamán

Consulta popular: Psicólogos analizan el 'trauma colectivo' tras derrota del Gobierno

Analistas señalaron que la polarización ya no se reduce a correísmo versus anticorreísmo, sino a un clima de desconfianza general.

La derrota del Gobierno en el referéndum y la consulta popular del 16 de noviembre dejó al país crispado. En redes sociales, simpatizantes del Sí y del No se achacaron y se responsabilizaron mutuamente por el futuro del país. Pero, según el psicólogo clínico Francisco Brito, la polarización no nace de la política, sino de una emoción mucho más profunda: el miedo.

Brito, presidente (e) de la Federación Ecuatoriana de Psicólogos Clínicos, explica que la ciudadanía vive en un estado de “indefensión”. Y cuando la gente no se siente protegida por el Estado, aparecen posturas extremas: “o estás a favor o estás en contra”.

Para el especialista, la violencia cotidiana se ha vuelto parte del paisaje urbano. Aunque las cifras oficiales hablen de tendencias, la percepción se alimenta de lo que la gente ve en la calle, en el barrio, en el bus. Esa brecha entre lo que se muestra y lo que se vive quiebra la confianza colectiva.

A este clima se suma un desgaste emocional acumulado. Las consultas constantes han creado fatiga y frustración. “La vida diaria no mejora”, apunta Brito. Ese cansancio, mezclado con inseguridad y tensión, ha generado lo que él define como un “trauma colectivo”: un estado emocional construido por golpes constantes, no por un solo evento.

Ante la dificultad de reclamar directamente al poder, la gente descarga su frustración en la única herramienta que tiene a la mano: el voto. “La población no le puede gritar al presidente. Entonces vota. Y ese voto es un grito silencioso”, señala.

Tras los resultados, en redes se multiplicaron los mensajes que responsabilizan a quienes votaron por el No del aumento de hechos violentos. Brito descarta esa lectura. “El 40 % le está diciendo al 60 %: ‘Ahora quiero ver’. Pero no se puede culpar a un grupo por dinámicas delictivas que tienen causas más profundas”, sostiene.

Además, recuerda que apenas han pasado pocos días desde la jornada electoral, por lo que no existe forma seria de relacionar el resultado con la criminalidad. Para él, esas acusaciones responden más a “rabia contenida” que a un análisis real.

Brito insiste en que la polarización no es nueva, pero tampocodepende de un gobierno en particular.

Mientras la inseguridad siga marcando la vida diaria y la confianza en el Estado no se recupere, el país seguirá dividido. “Este dividir y culpar nace del miedo”, resume.

Para la socióloga Claudia Cárdenas, el mensaje es claro: ya no se trata de correístas versus anticorreístas. “Mucha gente que votó por Noboa se desengañó. Se dieron cuenta de que el Gobierno no ha hecho esfuerzos suficientes para mejorar la salud pública ni para frenar las matanzas en las calles”, explica.

Y remata: “Los que lo llevaron a Carondelet ya no ‘comieron cuento’. Esto puede convertirse en una crisis social profunda”.

De su parte, el analista político César Febres-Cordero tiene otra lectura. El Gobierno se confió en sus encuestas internas. “Ellos se creían ganadores. Pero la gente que los apoyó se cansó del manejo confuso de su comunicación. Ese cruce entre los del Sí y los del No es normal ahora, pero el respaldo seguirá bajando si continúan con mensajes a medias”.

Para él, este resultado también muestra un cambio social: “Hemos dado un salto. Se dejó atrás ese discurso que satanizaba al correísmo. La gente votó por lo que hace este Gobierno, no por lo que dejó de hacer el anterior”.

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