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Búsqueda incansable en río Esmeraldas: Comunidad unida por desaparición de Derek
El silencio que retumba en el pecho de la madre, cada vez que los rescatistas remueven una palizada
Por las aguas oscuras del río Esmeraldas flota un silencio que retumba en el pecho de una madre, que no duerme desde el domingo 27 de junio de 2025 y ansía encontrar al adolescente Derek, de 15 años.
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Este jueves 1 de mayo de 2025 se cumplió el cuarto día desde su desaparición, cuarto día de angustia también y de búsqueda sin descanso del menor, que no ‘asoma’ desde las 13:00 del domingo 27 de abril, cuando se metió al río en el sector de La Propicia 2, en compañía de familiares paternos, pero el agua lo arrastró.
La alerta no llegó de inmediato. Pasaron tres horas antes de que alguien marcara al 911. Para entonces, el río ya no era el mismo. La corriente bajaba fuerte, salvaje, cargada de ramas y palizadas.
El lunes 28 de abril en la mañana, al clarear el día, la Brigada Acuática del Cuerpo de Bomberos de Esmeraldas, liderada por el subteniente Danilo Blandón, inició la búsqueda. “Estamos haciendo una búsqueda milimétrica, minuciosa. Cada aglomeración de madera, cada palizada, es revisada cuidadosamente”.
El martes, las corrientes cambiaron su dirección, arrastrando todo hacia el sur. Por eso, incluso se buscó más allá, hasta donde los buques reposan en alta mar. Pero nada. El miércoles, 8 bomberos, dos unidades anfibias y familiares se adentraron de nuevo. No hallaron más que silencio. Y ese silencio cala, duele, desespera.

Esperanza y dolor en la búsqueda
Durante cuatro días, los bomberos han recorrido el cauce, desde el punto donde Derek desapareció hasta la misma desembocadura del río, en el mar. El GOE, la Armada, el Municipio y hasta pescadores de altamar han sumado esfuerzos por hallar a Derek.
Cada día que pasa, el rostro de Derek se vuelve más presente. Está en la mirada ausente de su madre, que no quiere comer, que no acepta dormir. Está en la piel ajada de su padre, que recorre las orillas con los pies descalzos, llamando su nombre. Está en las lágrimas que caen.
El subteniente Blandón asegura que no pararán. Que lo buscarán mientras haya luz, mientras haya corriente, mientras haya fe. “No podemos prometer resultados, pero sí compromiso. Estamos aquí por él. Por su familia. Por todos los que esperan respuestas”, dice.
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