El corazón de una res, aún con marcas de haber sido recientemente cercenado, lo dejaron como mensaje a un hombre dedicado a la venta de carros usados y a quien presuntos extorsionadores le solicitan el pago de 3 mil dólares mensuales para no atentar contra su vida y la de su familia. El hecho se registró en Cuenca, en el interior de una urbanización del oeste de la urbe.

La parte animal estaba dentro de un cartón cubierto con papel de regalo, colocado en el capot de una camioneta doble cabina de propiedad de la presunta víctima.

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Estaba con un mensaje “de que, si no paga, la próxima vez será la cabeza de él (comerciante) o de alguno de sus allegados”, según comentó muy asustado el socio y amigo del presunto extorsionado.

El accionista cuenta que, desde hace algunas semanas, su amigo, estaba recibiendo llamadas telefónicas amenazantes con la exigencia del pago de una suma de dinero mensual para dejarlos laborar. Las llamadas eran de números telefónicos distintos, por lo que consideraron que se trataría de simples intimidaciones o bromas de mal gusto, acota el hombre.

Pero lo ocurrido la noche del jueves 9 de noviembre, el cajón con el mensaje, “nos preocupa y mucho”, señala el informante, pues dice “la amenaza es real".  "No sabemos de dónde proviene, por lo que está vez la vamos a denunciar en la Fiscalía” para que las autoridades investiguen, adujo el comerciante de carros usados.

La novedad del cartón sobre el vehículo, generó miedo e incertidumbre en el barrio, presumían que se trataba de un objeto explosivo, que fue descartado por personal policial que llegó al tomar procedimiento. Los agentes y los vecinos se sorprendieron al descubrir que se trata de un mensaje curioso con grave amenaza a la víctima, situación que siembra terror y miedo, ante la presencia lenta, pero preocupante, de presuntos extorsionadores en la capital Azuay, donde hasta hace unos cuatro meses, este tipo de acciones de intimidación eran denunciadas de manera esporádicas.

La fiscalía señala que el caso será investigado tras la protocolización de la denuncia, mientras que los agentes policiales iniciaron de oficio el proceso de seguimiento e indagación para descubrir quien o quienes estarían detrás de estos hechos.

Los datos sobre casos de extorsión, se los mantiene en reserva, argumentando que se hallan en indagación previa.

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