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Esmeraldas enfrenta crisis por desabastecimiento de gas de uso doméstico
Cientos de familias en Esmeraldas hacen largas filas por la escasez de gas de uso doméstico, mientras la falta de información aumenta la preocupación.
La ciudad de Esmeraldas atraviesa una prolongada crisis de desabastecimiento de Gas Licuado de Petróleo (GLP), que desde hace semanas obliga a cientos de familias a madrugar para formar largas filas frente al centro de distribución ubicado frente a la Refinería local.
En la cola, que en algunos días supera las 100 personas, se mezclan ciudadanos de diversos sectores de la ciudad, así como habitantes de zonas periféricas y parroquias cercanas, todos con la misma necesidad: conseguir un cilindro de gas para cocinar.
Los usuarios denuncian que los retrasos en la entrega de bombonas se deben a la reducción de personal en los procesos de abastecimiento, aunque las autoridades no han emitido información oficial que confirme esta versión. “No sabemos qué pasa, nos dicen que es por desabastecimiento de personal, pero ninguna autoridad se pronuncia”, señaló un ciudadano mientras aguardaba bajo la lluvia para obtener un cilindro.
La falta de coordinación y comunicación oficial genera malestar adicional entre la población. Usuarios reportan que el intercambio de cilindros verdes por amarillos ha sido suspendido, sin explicación clara, y que el servicio se realiza de manera lenta, atendiendo solo a tres personas a la vez, a pesar de que la fila continúa creciendo. Los horarios de atención, interrumpidos al mediodía, también dificultan que la ciudadanía acceda al recurso.

Impacto en la vida cotidiana de los esmeraldeños
El impacto del desabastecimiento se refleja en la vida cotidiana: muchas familias no pueden preparar alimentos en sus hogares y deben enfrentar gastos adicionales de transporte para desplazarse hasta la refinería. La situación genera incertidumbre en plena temporada escolar, cuando la preparación de alimentos es prioritaria.
Usuarios señalan que, tras el incendio ocurrido en la refinería, no han recibido el abastecimiento habitual en sus sectores, lo que ha complicado aún más la adquisición del producto. La espera se prolonga por horas, generando incomodidad y agotamiento, sobre todo entre padres y madres de familia que deben equilibrar la búsqueda del gas con sus responsabilidades diarias.

Padres y madres de familia relatan que, debido a la limitación de un cilindro por persona, deben realizar múltiples viajes y asumir gastos adicionales en transporte, mientras algunos aprovechan para organizar turnos entre vecinos y familiares con el fin de asegurar el suministro.
La población denuncia que esta situación no solo afecta la preparación de alimentos, sino también altera la rutina escolar y laboral de quienes dedican horas a esperar su turno bajo condiciones extremas.
Algunos usuarios, como Newton Real, denuncian que esta metodología incrementa los costos, pues deben invertir tiempo y dinero en traslados y, en ocasiones, pagar precios superiores a los oficiales.
Frente a esta situación, la ciudadanía exige soluciones inmediatas y un pronunciamiento claro de las autoridades competentes para garantizar el abastecimiento y evitar que el desabastecimiento siga afectando a cientos de familias esmeraldeñas.
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