Los cuatro jóvenes que la noche del domingo 22 de junio de 2025 fueron asesinados a tiros en la parroquia Ricaurte eran velados en distintos domicilios de esta localidad, en el cantón Urdaneta, provincia de Los Ríos.

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En medio de un clima de consternación y preguntas, sumidos en la tristeza, familiares de las víctimas no comprenden por qué la violencia alcanzó a sus seres queridos mientras compartían fuera de un local.

Cerca de las 19:51 del domingo, las víctimas conversaban dentro de una camioneta doble cabina color dorado (de placa MBA-9773), estacionada frente a una licorería, hasta que llegaron dos sujetos a bordo de una moto y ‘abrieron fuego’ contra ellos.

Las unidades policiales encontraron dos cuerpos sin vida en el interior del vehículo; otro sobre la calzada, a un costado de la camioneta; mientras que el cuarto estaba unos 15 metros más adelante.

Una quinta víctima, un hombre de 27 años con una herida en la pierna, fue trasladado a una casa de salud. El herido recibió atención en el hospital de Ricaurte y fue dado de alta horas más tarde

Uno de los fallecidos tenía antecedente

Los fallecidos son José Reynaldo Cerezo Rizzo (de 19 años), Anthony Alexander Macías Icaza (18), Andy Alexander Caicedo Dulcey (21) y Franklin Michael González Nazareno (20), este último con antecedentes penales por tráfico ilícito de armas de fuego.

La Policía investiga el hecho como un presunto enfrentamiento por territorio entre grupos delictivos organizados. Sin embargo, familiares de los fallecidos alegaron que los jóvenes eran trabajadores y que no tenían vínculos con bandas delictivas.

Miriam Alexandra Icaza Vera, madre de Anthony, dijo entre sollozos que lo vio por última vez a las 17:00 de ese día. Llegó a la casa, en la parroquia Catarama (Urdaneta), “se cambió y salió sin decir a dónde iba”, relató entre lágrimas.

A José Reynaldo Cerezo Rizzo, su tío, Vicente Fortunato Rizzo, siempre le advertía sobre lo peligroso que es salir en las noches. Lamentablemente, él no hizo caso y solía ir a beber licor los fines de semana.

Yolanda Dulcey, progenitora de Andy, manifestó que su hijo salió el domingo a libar con amigos. Regresó a casa con la novedad de que había perdido su celular y volvió a salir a las 15:00 en su motocicleta. “En la noche, me llamaron para decir que lo habían matado”, expresó.

La cuarta víctima es Franklin, quien residía en Catarama y trabajaba con maquinaria para minería.

Durante la inspección, personal de Criminalística levantó al menos 11 vainas percutidas calibre 9 mm, tres balas y cuatro celulares, entre otros indicios. Agentes de Criminalística trasladaron la camioneta hasta los patios de la Policía Judicial de Ventanas.

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