Dos jóvenes repartidores fueron asesinados la noche del domingo 13 de julio, mientras cumplían un aparente servicio de entrega en el barrio Bellos Horizontes, al este de Machala, provincia de El Oro. Las víctimas fueron identificadas como Bryan Xavier Roque Murillo, de 24 años, y Miguel Ángel García Correa, de 23.

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De acuerdo con reportes policiales, el crimen ocurrió cerca de las 21:00, cuando ambos se movilizaban en una motocicleta. Testigos afirmaron que escucharon una serie de detonaciones y al salir de sus casas, vieron a los dos jóvenes tendidos en el suelo, uno sobre otro, junto a la moto.

En el lugar del ataque, la Policía Nacional levantó al menos ocho indicios balísticos. Todo apunta a que fueron sorprendidos por sujetos armados que los interceptaron en plena vía y les dispararon.

Los atrajeron con un pedido falso

Según la policía, los jóvenes fueron víctimas de una trampa mortal: ambos tenían consigo radios de comunicación de la empresa de delivery para la que trabajaban, y se presume que estaban cumpliendo una entrega cuando fueron emboscados.

Leandro Martínez, capitán de la Policía del distrito Machala, explicó que posiblemente los sicarios usaron un pedido falso como anzuelo para atraer a los repartidores hasta una zona oscura y poco transitada. “Los llevaron con engaños hasta el sitio exacto donde los estaban esperando para asesinarlos”, señaló el oficial.

Además, se confirmó que la motocicleta en la que se movilizaban fue trasladada a los patios de la Policía Judicial, donde será sometida a pericias para descartar o confirmar su posible vínculo con otros hechos delictivos.

Durante la intervención, varios familiares de los fallecidos llegaron al lugar del crimen visiblemente alterados y con intentos de ingresar a la escena. Sin embargo, agentes policiales contuvieron a los seres queridos para no comprometer las evidencias.

Sicariato con planificación previa

Las primeras líneas de investigación apuntan a que se trató de un caso de sicariato planificado. Según Martínez, los atacantes conocían con precisión la hora y el lugar del recorrido de los repartidores.

“Sabían exactamente a qué hora iban a llegar. Este no fue un crimen al azar. Todo indica que fue una emboscada”, recalcó el oficial. La Policía ya trabaja en la revisión de cámaras de seguridad cercanas.

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