La familia del guardia Abdón Triviño Navas, de 49 años, y afectuosamente conocido como Compita, se aferraba a un milagro de Dios que le salvara la vida luego de ser baleado, junto a dos compañeros, cuando fueron asaltados en Quevedo durante la mañana del lunes 9 de diciembre. Pero cuando todo parecía que mejoraría, los ruegos no resultaron: los médicos confirmaron que no logró sobrevivir.

El ataque lo perpetraron cinco sujetos armados con fusiles, cuando Triviño y sus compañeros trasladaban valores en un camión blindado. Al mirar el hecho, los celadores no tuvieron más que defenderse.

Patricio Triviño, hermano del guardia asesinado, recordó que viajaba al cantón Buena Fe a trabajar cuando le avisaron que su ñaño estaba herido en el Hospital del IESS de Quevedo. De inmediato volvió para visitarlo y, a su llegada, aparentemente se encontraba estable. Incluso ambos conversaron. “Me dijo que no sentía las piernas y le indiqué que era producto del balazo que recibió. Además, cuando el conductor del blindado intentó hacer una maniobra, le pasó por encima”.

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Los demás familiares también hablaron con Triviño y tenían la esperanza de que se salvaría. Pero no pasaron ni 10 minutos luego de haberlo visto cuando empezó a convulsionar y poco después murió.

En el centro forense de la urbe, los encargados de hacerle la autopsia revelaron que Triviño sí fue herido de gravedad. En total recibió siete impactos de bala que comprometieron órganos vitales.

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