Alejandra, la hija de Santos López, asesinado vilmente cuando cumplía su labor como guardia, está indignada. Han pasado 16 días desde el crimen de su padre y, a su criterio, las investigaciones van demasiado lentas.

El caso cobró relevancia luego de que una cámara de vigilancia captara el cruel suceso, perpetrado antes de la medianoche del 28 de junio pasado. López, de 61 años, entró al baño del restaurante en el que laboraba y luego un sujeto ingresó hacia el mismo sitio.

En segundos, el atacante sacó un cuchillo e hirió en diversas ocasiones a la víctima, quien cayó al piso. Al tiempo, el implicado huyó y a los pocos minutos se confirmó el deceso del celador, que apenas llevaba dos días trabajando allí.

Alejandra está desesperada, porque pasan los días y no ha recibido una respuesta efectiva de parte de los investigadores para atrapar al implicado. “Supimos que este sujeto, luego de matar a mi papá, se fue a su casa, se cambió de ropa y huyó”, relata.

Pese a este dato, Alejandra no ha sido informada de cuál es el nombre del implicado, a quien solamente se lo conoce con el apodo de Mechoso, quien supuestamente se desempeñaba parqueando autos en un local de venta de encebollados, cercano al lugar de los hechos.

El mensaje con la sangre de guardia victimado en Santo Domingo de los Tsáchilas

Alejandra contó que lo único que se conoce de este tipo es que también estacionaba autos en otros sitios de Santo Domingo. Además, un dato escalofriante ha hecho que el caso sea mucho más tétrico.

El sujeto habría dejado un mensaje que escribió con la propia sangre de López: “Feliz cumpleaños”. Pero pese a ello, Alejandra considera que el implicado está en sus cabales y no debería ser tratado como alguien con problemas mentales debido a ese mensaje macabro. “Lo que me han dicho los investigadores es que, si lo vemos en la calle, no podemos toparlo y debemos contactarnos enseguida con las autoridades”, indica la joven.

La hija de la víctima denuncia que la demora se evidencia no solo en las pericias, sino también en los trámites de la Fiscalía. “Nos envían de una oficina a otra. Que debemos hacer firmar tal o cual documento, y no vemos ningún resultado positivo”.

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Para ella y su familia, lo más doloroso es tener que seguir con estos trámites casi un mes después del deceso de su padre. Alejandra sostiene que todavía no pueden superar la violencia con la que Santos fue asesinado y, para colmo, deben soportar la desidia con que se estaría manejando el caso.

“Mi padre fue un hombre honrado, trabajador y muy amoroso con su familia. No es justo que haya terminado su vida así y que no podamos obtener justicia como se debe”, finaliza la indignada parienta.

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